viernes, 11 de junio de 2010

06-04

Te espere donde el corazon no late
sino que galopa el alma...

Parece que lo oscuro te tuviera miedo,
porque cuando entraste se acabo la noche
y todo se torno tan transparente
que solo estabas vos en el silencio.
Mi alma desbordó su ahogo.
Un gesto de muchos te quiero,
adios de pocas palabras
sin saber extinguir el orgullo.
Mas cuando el alma no es valiente,
nuestras voces no hablan solas.

Ya no dejes que vea rodar otra lagrima,
no permitas que tus palabras
se evaporen en mis manos.
Es corto el tiempo que queda para suspirarlas
y largo el porvenir, sin ya poder escucharlas.

Una vez mas fue tal la transparencia,
que de haber caído una gota de lluvia
habría llegado hasta nosotros su eco
mojándonos así los labios secos...

Lastima que sepa quedar siempre algún asunto
y que la injusta desventura
los mande a que interrumpan.

Setenta veces siete me arrepiento de aquel día.
Son presuntos momentos eternos,
tiempos de reloj de corta vida
que quedan como cierre de la historia
de tantos miles, de eternas horas compartidas...

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