Evito confesar
que te estoy esperando...
La noche me atrapo y ya no me deja.
Cada gota en la ventana te refleja
y a lo lejos, las nubes grises
traducen lo que no dices
a un cielo que nos aleja.
Y pese al eco del silencio,
tras superar el insomnio,
volviste a mi entre sueños
rodeado de mil demonios.
Quizas haya sido intuicion,
tal vez fuera culpa del miedo.
Desperte sola en la madrugada,
el alma prendida fuego.
Y te deje abrazado a ella,
en un mundo de fantasia
mientras mi cama vacia
se llenaba de desvelo.
Temo dormir y encontrarlos,
busco al recuerdo un consuelo.
Y todavia no quiero admitirlo
me esfuerzo en disimularlo,
pero no puedo evitarlo
te espero...
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