lunes, 14 de junio de 2010

Trapitos al Sol en Altamar 22

Dubrovnik- Sábado 21-06-08

Casi me muero de un infarto sin siquiera haber amanecido. Dormía plácidamente en la cama de mi “marido”, tan desprovista de vestiduras como Dios nos trajo al mundo, cuando de la nada, inesperadamente casi nos tiran la puerta abajo al grito de “¡Cabin Inspection!”. Supuestamente, una de las bondades del servicio militar que estábamos haciendo, era que los encargados de cerrar la discoteca, por acostarse a las 4 de la mañana, no tenían cabin inspection para no despertarlos a las 10. Evidentemente no lo tuvieron muy en cuenta.
Rafa se levantó exagerando su cara de dormido y los pelos parados a abrirles la puerta, mientras la luz de la cabina seguía apagada en signo de “estoy durmiendo, ¿no se dan cuenta?”. Yo mientras contenía la respiración detrás de la cortinita de la cama, tapada por completo rezando al Señor Jesucristo y a todos los santos que por favor no entren a revisar. Por suerte la estrategia dio resultado y se fueron sin cuestionamientos.
Trabajé en Marina de 12 a 4:30, media hora de siestita, cena a las 5:30 y a las 6 y cuarto como siempre en Harrys. Bastante mal humorada, lo primero que hice fue recolectar mis vasos por todo el barco. No se puede creer, un barco con 8 bares y que no haya vasos suficientes para todos. Cada noche tenía que cargar un rack lleno desde Broadway, otro de la disco y robarme copas de Martini por ahí. Si o si me tocaba entrar al menos 15 minutos antes para recorrer todo el barco en busca de elementos básicos para trabajar, porque a las 6 y media si o si ya me tocaba pararme como centinela toda la noche en la barra sin poder moverme y sin nadie que me de una mano en los momentos movidos.

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