Tu cuerpo adormecido recorro con mis manos
Caminan suave, apenas si te tocan,
El olor de la noche aun flota en el aire
Y sobran todavía besos en mi boca.
Me enamoro del instante
en que tu pasión ya saciada
se entrega por completo a mis caricias.
En que tu hombro se vuelve mi almohada,
Y tu abrazo se torna mi abrigo,
busco refugio en tu cuello,
veo el destello en tu mirada.
Aquí y ahora fugaces
Ya no eres lo que eras
No hacías lo que haces.
Muere el sueño en la mañana
siempre el mismo desenlace,
la indiferencia se mete en tus huesos
el hechizo se deshace…
Me despido de tu cama
te robo los últimos besos
hasta que vuelva el deseo cobarde
disfrazado de alcohol y de excesos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario