domingo, 19 de septiembre de 2010

18-09-10

Tu cuerpo adormecido recorro con mis manos

Caminan suave, apenas si te tocan,

El olor de la noche aun flota en el aire

Y sobran todavía besos en mi boca.



Me enamoro del instante

en que tu pasión ya saciada

se entrega por completo a mis caricias.



En que tu hombro se vuelve mi almohada,

Y tu abrazo se torna mi abrigo,

busco refugio en tu cuello,

veo el destello en tu mirada.



Aquí y ahora fugaces

Ya no eres lo que eras

No hacías lo que haces.



Muere el sueño en la mañana

siempre el mismo desenlace,

la indiferencia se mete en tus huesos

el hechizo se deshace…



Me despido de tu cama

te robo los últimos besos

hasta que vuelva el deseo cobarde

disfrazado de alcohol y de excesos.

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