lunes, 7 de junio de 2010

Espejitos de colores

Vendo espejitos de colores
al mejor postor,
a cambio de nada.
Vendo ilusión
(mis ilusiones).
una lámpara de Aladino
sin más deseos, gastada.

Vendo un millón de caricias
a cobrarse del pasado.
Tres noches a la semana
-que antes eran demasiado –
y un domingo a la mañana
(todo por el mismo precio)
haciendo fiaca en la cama.

Vendo lo que ya no tengo
ni traiga quizás el futuro:
una libertad sin nombre
un transcurrir sin apuro.

Desde un rinconcito oscuro,
vendo miedos, penas, soledades
viene incluido mi yo más profundo:
Sentimientos y banalidades.

Y porque al fin todo es poco,
Si no lo contempla otra mirada:
Lo dejo todo en tus manos,
A cambio no exijo nada.

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