domingo, 6 de junio de 2010

Trapitos al Sol en Altamar 16

Mykonos- Domingo 15-06-08

Me olvidé de escribir. No es que no lo hubiera intentado, pero cuando me fui al 7mo, cuaderno en mano, después del trabajo, me colgué de la luna que brillaba más que nuca, y de la bandada de gaviotas que seguían al crucero. Me colgué también de la idea de que la vida en el barco es como un paréntesis en la vida de las personas. No es real. Uno deja todo lo conocido atrás y comienza un mundo diferente, con fecha de vencimiento. Un mundo en el conoce cosas hasta ahora ignoradas y en el que las propias reacciones son inesperadas. En el que todo es visto desde otra óptica y juzgado sobre nuevos parámetros. Una realidad que termina con la vuelta a casa.
Por lo que recordaba, el domingo tuvimos reunión a las 11 de la mañana. ¡Siempre esos horarios tan agradables! Esta vez no me podía quejar, porque me había dormido a las 6 de la mañana por voluntad propia. De la reunión fuimos a almorzar (y de ahora en más, muy probablemente, cada vez que diga “fuimos” seamos Rafa y yo).
A la tarde “ dormimos” la siesta (vamos practicando…si si , Rafa y yo otra vez), y nos levantamos a las 2:15. Rafa se bañó y se fue a trabajar, yo me quedé un ratito más dibujando.
Fue el último día de crucero antes de llegar a Atenas, donde desembarcaban y subía un grupo nuevo. Donde se cumplían mis dos semanas embarcada, dos semanas que parecían ya una vida.
Para despedida estuvo bien. Vinieron muchos pasajeros a saludarme, algunos me trajeron regalitos, otros me dejaron propina, otros el teléfono para que pase a visitarlos por España….
Terminamos la noche a las 2, y me fui, como casi todas las noches al séptimo, a escuchar música, respirar un poco de silencio y escribir en mi diario. Ahí me quedé esperando a Rafa, que llegó una hora después y nos quedamos chusmeando hasta las 5:30.

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