miércoles, 30 de junio de 2010

Este bendito pais...

y mi inocencia que no se despierta.

Hace cosa de un mes, en un hotel cinco estrellas en donde trabajo, frente a mis propios ojos y los de tanta otra gente, a un señor le roban la billetera. Sin fuerza, sin engaños, sin amenazas y sobre todo sin pudor.
Un señor que se va al baño y deja sin cuidado su saco colgado en la silla. Gente que entra y que sale. Una pareja que entra y que sale, de traje, como todo el resto, con cara de nada y nervios de acero. Se acercan a la mesa, los movimientos super estudiados, amagan con colgar un saco en el respaldo de la silla (que ya esta colgado) mientras revisan todos y cada uno de los bolsillos del saco ajeno. Salen del bar con una billetera de mas en el bolsillo, esquivan a tres personas de seguridad riendo por dentro, y como si nada hubiera sucedido, salen por la puerta de entrada luego de atravesar todo el lobby y cientos de miradas. Probablemente rumbo a otro hotel.

Esta noche me tomé un taxi desde la costanera. Me pidió un peo para pagar el peaje, supuestamente no tenia nada de plata encima. Dejé a una amiga por el camino, llegamos a casa y el reloj marcaba 40 pesos. Le di un billete de 50, se dio vuelta y me pidió si tenia justo porque no tenia para darme el vuelto. Asi que saqué la billetera a ver si llegaba, la di vuelta, tenia 36 en billetes. " A ver, espera a ver si tenés suerte y llego con las monedas" le dije, y deshaciendome de todo el cambio que tenia junté 4 pesos en monedas. "Tomá, 40". " No amiga, te vas a quedar sin cambio para viajar" me dijo, "dame 38 si tenes, no importa", y yo, tarada, le dije que no, "si tengo, tengo".
Me devolvio un billete de 50 que claramente no era el mio. Apenas lo toqué me di cuenta que era falso. Lo mire un poco a la luz para comprobarlo (no hacia falta mirarlo demasiado, era una fotocopia de mala calidad y encima tenia el angulo roto).
-"Este no es el billete que yo te di, me estas cagando" le dije
-Noo, amiga, como me decis eso, si no tengo otro, yo ni lo abri, es el que vos me diste
-Sabes que no, encima esta roto, es muy trucho, no me cagues. Sabes que me estas cagando
-no seas asi, no te estoy cagando, si no tengo mas plata.

En fin, ese fue mas o menos el dialogo. Que solucion me quedaba? Era su palabra contra la mia. Me baje del taxi agradeciendo que al menos me habia dejado en mi casa ver y puteando por la impotencia de ver tanta impunidad y tener que acostumbrarme a vivir con ella.

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