jueves, 3 de junio de 2010

Trapitos al sol en Altamar 14

Santorini – Viernes 13-06-08

Me obligaron a levantarme a las 10 am. Si, cabin inspection que esta vez si se concretó. Con el cansancio que venía acarreando a las 10:30 dormía de nuevo. Como nunca, dormí hasta la 1, almorcé y recién empecé a trabajar a las 14:30 en Plaza. Un plaz..er…¡cuack!
A las 6 de la tarde tuve que ir a cambiarme para la noche tropical y tuve la “suerte” de cruzarme por los pasillos con Tony, un dominicano que toca en la banda tropical y el ejecutor de tantos llamados indeseados a mi cabina. Tony no tuvo mejor idea que hacerse el vivo e invitarme a cenar, y ya que muchas opciones no había, comimos juntos en el Crew Mess. Me resultaba bastante simpático, aunque un poco pesado. Me propuso ser amigos, salir a pasear juntos, etc.etc. etc. (lo que con el tiempo entendí…se me estaba tirando).
Volví a Plaza hasta el cierre a las 2 de la mañana. Apenas logramos cerrar, me escapé al deck 7, mi pequeño pedazo de paraíso dentro del Zenith.
“Escuchando música, tomando un poco de aire fresco y disfrutando la oscuridad de la noche, el deck 7 se fue convirtiendo en MI espacio en el barco.
La oscuridad de la noche es tal, que apenas se distingue el negro cielo del agua del mar. Alguna que otra estrella brilla a lo lejos, en un plano que no termino de saber si es el cielo o el horizonte. Por un instante en todo el día, no hay nada ni nadie. No hay voces alrededor, no hay distancias, no hay horarios. Disfruto al máximo del encuentro con migo. Esbozo en el aire las últimas palabras de adiós a ese que ya sepultó mi partida:
Cuatro puntos cardinales vacios,
tanto espacio hasta el borde de tu piel.
El tiempo incrementa la distancia
y la soledad, me sigue siendo fiel.

El aire ya no arrastra tu perfume,
el mar calla los ecos de tu voz.
¿Cómo puedo, teniéndote tan lejos
pensar de nuevo mi vida de a dos?

No supe, teniéndote a mi lado,
bastó solo partir para entender.
Hoy se que lo que hubo ya es pasado:
la historia nunca vuelve a acontecer.

En un soplo de aire te echo al mar,
debo dejarte atrás para seguir,
hoy mi mente procura olvidarte
pero el alma no te deja ir.

Mi corazón nunca supo elegir…

Quedarán más que buenos recuerdos
y la puerta de atrás siempre entre- abierta,
tal vez nos reserve el destino
una última carta encubierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario