viernes, 11 de junio de 2010

Trapitos al sol en Altamar 17

Atenas- Lunes 16-06-08

Entré a trabajar a las 11 de la mañana, habiendo dormido con suerte 5 horas. Un día más en Plaza, aburrido.
Salí a la una y media del medio día a dar una vuelta por Atenas, caminé sin rumbo una hora, me tomé una coca y a las 3 volví al “hogar”. Intenté recuperar un poco el sueño y me tiré a dormir un ratito, pero pese a la oscuridad de la cabina, al agradable silencio, la cortinita de mi privacidad cerrada y estar tapada hasta el cuello, el dormir se puso complicado. Me desperté cincuenta veces soñando con pedidos como cubatas, pacharanes y orujos de hierba. Para culminar las interrupciones, ¿quién me llamó?... Tony, el de la banda, ¡otra vez!
A las 6 de la tarde estaba abriendo Harry´s bar. El bar más precario de todos los que me tocó atender. Un bar, que para darles una idea, no tenía ni heladera.
Abrí a las 6 y cerré a la 1 y 15. Sin mayores acontecimientos. Corriendo cincuenta veces de ida y vuelta a Rendez Vous a buscar todo lo que me faltaba. En Harry´s parecia no haber nada. Encima dependía de Rendez Vous, con lo cual todas las semanas había que llevar y traer todo el botellerío para que se compute con el stock de ahí. Hasta que más o menos puse las cosas en orden me llevó al menos una semanita.
Para relajar un poco la musculatura, cuando salí me tomé una cervecita en el Crew Bar con Freddy. Bueno, lo de una cervecita es simbólico, fueron un par más que una. Y lo del Crew Bar es representativo, porque en realidad las cervezas las había “tomado prestadas” Freddy de alguno de los bares.
Hasta ese entonces todavía era bastante inocente. Se podría decir que me daba culpa sacar cosas de los bares. Freddy no.
Freddy… a ver, como para ubicarlos un poco, cierren los ojos e imagínense a Fido Dido, el personaje de Sprite. ¿Lo tienen? Bueno, Freddy tenía un look parecido, alto, flaquito, colgado como pocos. Colombiano. Relajado, no se hacía problema por nada. Trabajaba también en las barras.
En Atenas, Freddy me “invitó” a tomar una cerveza. Pasó por el bar del Casino, cruzó dos palabras con Rafa que estaba de encargado, se metí una lata en cada media y cuatro en el chaleco de seguridad, dos a cada lado de la cintura. Caminando como robocop, conmigo siguiéndolo y aprendiendo de sus vivezas colombianas, nos fuimos al Crew Bar. En la oscuridad del sucucho ubicado en el menos uno, se sacó las latas de la media, una para cada uno, y ¡salud!.

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