sábado, 19 de junio de 2010

Trapitos al Sol en Altamar 24

Venecia 2 – Lunes 23-06-08

¿Será posible? ¡Me volví a quedar dormida!. Salí corriendo en pijama mientras me ponía el uniforme arriba en el ascensor. Entraba a las 10, me levanté y cinco, y a las diez y diez estaba en Plaza! Con una cara de dormida que se me caía, lagañosa, y tratando de entender lo que me pedían los pasajeros, cuando en realidad todavía estaba durmiendo.
Me la volví a mandar cuando, cual sombi, fui a llevar unas cosas sucias al pantry, y como venía con las manos ocupadas, me apoyé de lleno en la puerta para empujarla. Me di cuenta que estaba recién barnizada sólo cuando vi que mi camisa tenía un tono beige en todo el frente y que estaba bastante pegajosa. Me quise morir. Encima que me tengo que lavar la ropa, ¡ahora tenía que sacarle un pegote de barniz! Y ni hablar del olor.
Estuve así de dormida hasta la 1:15 que me tocó salir. Almorcé en el comedor y me fui a caminar por Venecia.
¡Qué cambio de clima! Pasar de estar atendiendo un bar lleno a estar sentada en la orilla de un canal, tomando mate y viendo gente pasar sin tener que darles ninguna explicación. Escuchando el ruidito del agua, viendo pasar a los gondoleros , saboreando el mate entre canción y canción. Caminar un ratito, sentarse un poco, ver vidrieras, sacar fotos, no pensar en nada. Disfrutar el paisaje, chusmear las ventanas de las casas, y ver pasar a otro gondolero…
Estuve asi un buen rato. Hable con mi hermanito Marcos por teléfono y se me acabó el tiempo de relax. Vuelta al barco.
A las 6:00, ¿en dónde? Si, en Harrys, empezaba mi segunda semana de karma. A la una y media cerré y me fui de nuevo por las calles de Venecia, pero esta vez en compañía, con Dagoberto, Paty, Karla y Liki. Ya no fueron las silenciosas calles llenas de gondoleros, sino oscuros y desiertos canales, poblados sólo por estos 6 intrusos que rompían la calma con ritmos latinos.
Quisimos tomar algo, pero en Venecia de noche, no hay ni “cielo abierto”. Como ese era el único puerto en done hacíamos “overnight”, es decir, el único lugar en donde podíamos salir de noche, preguntamos por cielo y tierra en donde era la zona de Venecia donde se concentraba la joda, pero las palabras textuales del carabinieri al que le preguntamos fueron “Venezzia é un posto incredibile per visitare ma non per vivere, non c´e niente da fare”. Traducción: ¡no hay una bosta!
Pese a no encontrar nada para hacer, volvimos al barco a las cuatro y media de la mañana. Me lo encontré a Rafa en la puerta y nos fuimos a dormir juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario