sábado, 19 de junio de 2010

Trapitos al Sol en Altamar 25

Venecia 3- Martes 24-06-09

Fue un día bastante malo. Será que ya no podía mantener semejante ritmo, que la noche anterior me terminé durmiendo a las 6 de la mañana y amanecí a las 10.
Me tocó toda la mañana sola en Marina, demasiado tranquilo. Ojala hubiera podido decir lo mismo a la tarde, pero no, nos mataron. A las 4:30 terminó mi horario, con tanta suerte que a las 5:15 sonó la alarma para el drill de pasajeros. Terminó a las 6, justo para comer algo a las corridas y abrir Harrys Bar 15 minutos más tarde.
Ni bien tenía todo preparado para empezar a atender sonó el teléfono. Teresa a la oficina. Obviamente no eran buenas noticias, ya había perdido la noción de lo que eran las bunas noticias.
Como era de esperar, en la oficina me esperaba un “warning”. Un llamado de atención, por decirlo de otra manera. ¿Y qué pasaba a los 3 warning? A la corte del capitán, todo terminaba en la corte del capitán o con las maletas en el aeropuerto y el billete de vuelta a casa.
El warning fue por las dos llegadas tarde consecutivas. Me lo veía venir, así que bajé a la oficina, puse cara de póquer y de afligida. Esbocé un gancho en el papel y subí de nuevo a trabajar.
Con el cansancio y el mal humor a cuestas estuve a punto de agarrarme con uno de los supervisores, y ¿porqué? ¡Por defender un par de vasos!. ¿Quién creería que algún día iba a ser capaz de pelearme por 5 vasos más o menos?
Terminé el día bastante bajoneada. Seguramente por el cansancio, pero lo cierto es que puse todo en tela de juicio y volví a replantearme lo que estaba haciendo. Llevaba solamente 3 semanas y ya tenía un llamado de atención. Jamás en mi vida había tenido un llamado de atención en ningún trabajo, y lo peor era que tenía el presentimiento de que iba a ser solamente el primero de unos cuantos.

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