jueves, 10 de febrero de 2011

Teresita Tucita - Capitulo 2

Si, si, seguro que hoy va. Pero bueno, vamos a ver de que humor lo encuentro, viste que a veces es una bola de amor y otras ni me mira. Si…ya se. No, no me voy a enganchar, no te preocupes, pero bueno, me divierte. Ya se que es un nene, pero mientras no haya otra cosa…hay que aprovechar. Bueno loca, te dejo, mañana te llamo de nuevo y te cuento como me fue; te mando un beso”.

Apenas cortó el teléfono Teresita prendió la computadora para descifrar las últimas coordenadas del encuentro en los mensajes del grupo. A la una en punto partió para el bar con la esperanza de siempre, el celular expectante y el corazón enamoradizo en la cartera.

Llegaron unos y otros. Cada quien con mas copas encima, cada cual mas enfiestado. Teresita bailaba y bailaba paseando a cada rato la mirada por el grupo a ver si había nuevos integrantes.

En uno de los recorridos lo vio. Si el resto estaban borrachos, él era la misma “borrachera”, y ese estado siempre iba de la mano con su faceta enamorada. Teresita aprovechó, balbucearon unas palabras que quizás conformen parte del lenguaje de los ebrios (entre ellos se entendieron) y palabra va, palabra viene, se agarraron de la mano y partieron juntos.

“Venis a casa” –dijo, y no fue en tono de pregunta. Teresita se negó a la primera (eso le habían enseñado y todavía, a veces, la menos parte de las veces, lo aplicaba). Se negó a l segunda, y se subió al taxi a la tercera. Con él, claro.

Cuando llegaron al departamento (un dos ambientes que ella ya conocía), en lugar de sacar las llaves del bolsillo sacó el teléfono:

-“Me vas a matar, no tengo las llaves”- dijo él, y fue el principio del fin.

-“Y a quien vas a llamar a las 5 de la mañana?”

-“A mi amigo que está arriba”

-“ah..” Empezaba a preocuparse “no vivís más sólo?”

-“Si, pero hoy vinieron unos amigos a quedarse”

Unos amigos! La cosa se ponía cada vez peor. El salvador llegó a abrirles la puerta y Teresita y su cita subieron detrás de él los dos pisos por escalera. La puerta que daba a la habitación estaba cerrada y del otro lado se escuchaban, no una, sino muchas voces. Aparentemente hoy les tocaba el no muy cómodo futon del living. Fue para Teresita una noche de amor casi grupal. Puerta de por medio durmió abrazada a un montón de amigos.

Entreabrió un ojo por la mañana siguiente, queriendo que fuera un sueño, pero en cambio vio nublosos, por la ranura que dejaban los parpados, el desfile de cuerpos que se arrastraban en puntas de pie, esquivando al futon de los amantes para escapar al alba.

“Shhh…..no hagan ruido que el flaco está con una minita”….





Nunca mas minita de nadie!

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