jueves, 10 de marzo de 2011

Teresita Tucita Capitulo 7- Parte II (x Oscar Garcia)

Mi cuerpo me pide ir a dormir, pero es temprano, no puedo ir a dormir estando en Playa del Carmen, (y si detengo a la Rusa) hay no para que todos vean como me grita mejor no, comencé a caminar por la 5ª avenida, en un bar en forma de anfiteatro se proyectaba la pelea de no se quien contra Fitch, cabe resaltar que soy admirador de tiempo completo de las peleas de la UFC, entre una semi multitud, me encontraba en las afueras del bar, dude muchas veces en entrar pues en el no había ni un lugar vacío, mi mirada se proyectó sobre la espalada de una mujer solitaria con cabello rubio, o italiana o francesa o griega, gringa no de eso si estaba seguro, de una de las anteriores nacionalidades debía de haber sido ella, resaltaba un arete a la mitad de su oreja izquierda; a lado de ella un hombre de aproximadamente 40 años de edad, quien dudaba en hablarle, y en medio de ellos dos una silla vacía.


Me retire del lugar para después ir a comprar un café a la tienda CACAO HA, pedí un americano descafeinado, -DESCAFEINADO señorita DESCAFEINADO-, reitere la orden, pues un mes atrás en ese mismo lugar me dieron un café americano completo (el café americano sin descafeinar altera mis sentidos), y quedé mas puesto que un adicto a las pastillas psicotrópicas, lo bueno de ese momento es que había un festival de música electrónica en la playa, y pues aprovechando mi perdida de consciencia, mi momento de alteración y la nube de diamantes resultado de los sorbos de café, sin más ni más me pusé a disfrutar de la electro música sin necesidad de fumar nada de nada, más que saborear mi café con un chingo de cafeína.

-Gracias señorita, esta segura que esta descafeinado?- pagué y me retiré de la cafetería, pasé a la tienda de puros y compré unos cigarros sin filtro, un viejillo cubano que conocí en la isla del ron del puro y de la perdición, me dijo que solo los maricas fuman cigarros con filtro, sea cierto o no, prefiero comprar sin filtro y no caer en apariencias que demuestren lo contrario.

Entre mi piel requemada por el sol, el hambre, mi frustración de la playa y mi poco entendimiento con Olga (la rusa), molesto me dirigí nuevamente al hostal donde ahora estaba hospedado, en el transcurso, el brillo titubeante de un arete logro eliminar todos mis enojos, era el brillo del arete que portaba la misma chica que quince minutos atrás había visto en el bar donde se proyectaba la pelea estelar de la UFC, mi sentido de la oportunidad me empujó a ir donde ella, cabe aclara que nunca vi su rostro pero su porte y cintura anunciaban a una joven atractiva, en una gran bocanada llené mis pulmones de aire, exhalé, di una última fumada, tire mi cigarro (sin filtro) y lo apague con mi pie derecho, sacudí mi cuello, moví mi cabeza en forma circular escuchando el ruido que producía, entrelazándolos troné cada uno de mis diez dedos, me persigné, y fue donde ella, aún seguía vacía la silla que dividía a la chica del cuarentón, todo en mi derredor se detuvo, la gente caminaba en cámara lenta, parecía escuchar cada una de las platicas de todas las personas de aquel lugar, un lente cinematográfico me filmó en 360 grados y captó cada uno de mis movimientos, de mis gestos, de mis miradas, podía escuchar cada uno de los veintiséis puntos dos latidos por segundo que mi rojo corazón producía, entrecerré mis ojos para enfocarla predadoramente, frote mi puño izquierdo con mi palma derecha, y en background pude escuchar una carcajada macabra tenebrosa y lúgubre que mi subconsciente producía, -vengas de donde vengas hoy me conocerás-.


Han visto como queda la pantera rosa cuando inesperadamente es mojada por un balde de agua?

Pues así me quede……


Un chico, poco mas, menos o igual que la estatura de Messi, cabello intencionalmente rapado, pantaloncillos tipo capri o tres cuartos o como quieran llamarle, playera negra que dejaba ver bíceps torneados (y negros) y que a mi primera impresión note que al igual que yo no tomó sus precauciones para cubrirse del sol, y de lentes, se acercó a la chica, a MI CHICA, a la que yo vi primero, a la que por derecho de antigüedad me pertenecía, pues yo la vía antes que él, se acercó a la silla vacía y sin dudarlo se sentó, así como lo leen, yo preparando épicamente el terreno para llegar a ella y este hijo de la chingada, con toda la seguridad y confianza del mundo, se sentó a su lado, llevaba un café, pidió una cerveza y en menos de dos minutos comenzó a conversar con ella……


No, no, no, esto no podía estarme pasando entre mi lentitud con la chica del bar y mi enojo con el ahora nuevo compañero de esta última, ahora sí ya nada podía detenerme iba a golpear al tipo ese, como todo buen macho mexicano que soy, iba a arreglar las cosas a golpes -a chingadazos-, así nada más sin avisar –el motivo?- hablar con la mujer que yo vi primero.

Cuando vi que ella aceptó su compañía, decidí perdonarlo, y retirarme de aquel lugar.


Continúe con mi camino, tratando de olvidar lo anteriormente acontecido, no llevaba nada para distraerme nada, nada mas que enojo y una irritación en toda mi piel, casi con quemaduras de segundo grado, al buscar la llave del cuarto, nuevamente se asomó de una de las tantas bolsas de la mochila que llevo como caparazón, la libreta con forro color negro, recordé a la Rusa como primera instancia, su insistencia en saber quien era Teresita, seguía buscando las llaves, no las encontré y en una arrebato de furia, comencé buscarlas desesperadamente dentro de todas las bolsas de la mochila y empecé a aventar todo lo que tenía dentro de ella, ropa, toalla, sandalias, una sudadera, la libreta, y al recordar que las llaves las tenía colgadas en mi muñeca derecha voltee a mis cuatro hemisferios y me aseguré de que nadie viera mi berrinche y comencé a recoger muy discretamente cada una de las cosas que avente resultado de mi ineptitud y poca capacidad de retención, lo último en recoger fue la libreta negra, la cual quedó en el suelo abierta de par en par, “son estos mis brazos necios que te extrañan tanto”, zas!!! (onomatopeya de una exclamación de asombro), que onda con eso; eran las últimas líneas de un escrito que terminaba una narración de aproximadamente 5 cuartillas, para nada me motivo a leer del contendido de la libreta (pues un hombre como yo no dobla su corazón ante tales palabras), lo que si llamó mi atención fue que la narración y la frase a que hago referencia estaba escrita con una letra que no era la que escribía las historias que le antecedían, esta era letra de un hombre, la caligrafía era muy descuidada pero eso si bien remarcada.


Suficiente, me senté en una banca ubicada metros después del bar donde se encontraba la rubia que se fue con el tipo ese, y lo único que paso por mi mente fue tirarle en voz baja un par de insultos al chico alevoso y burlarme de su calcinada piel, ahora que mi segundo pensamiento fue –y habrá estado bonita la joven del arete?-


Como no tenía otra opción, saque la libreta y desinteresadamente la barajee, como todo mal lector, solo la hojee y comencé a leer de atrás para adelante.
La última historia, estaba seguro la escribió un hombre, la historia no tenía titulo, ni nombres de personajes, era narrada en tercera persona, las últimas líneas decían “son estos mis brazos necios que te extrañan tanto”, Playa del Carmen, la fecha y Toluca, que es Toluca? -No lo se, a la última hoja donde vienen escritas las líneas arriba citadas le fue arrancada una parte, tal vez la parte en que se escribió la última frase, pero como lo había dicho la caligrafía de quien había escrito la última narración no obstante de ser muy descuidada, estaba muy bien remarcada, tanto que en la siguiente pagina quedaron los bordes de lo que al parecer fue el último escrito si miras con detenimiento y un poco de deducción se puede apreciar lo que al parecer dice “ESTÉS DONDE ESTÉS TE BUSCARÉ”.

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